Es la nueva moda entre los demandantes de empleo: el videocurriculum. Y como toda moda que empieza hay cierto interés por este fenómeno. De hecho 9 de cada 10 responsables de RRHH norteamericanos afirman que verían un curriculum de este tipo. Eso si, siempre que no supere los dos minutos, para no cansar, y si es de uno, mejor que mejor.
Los amantes de etiquetarlo todo lo llaman Currículum 2.0, en honor de la nueva era de Internet basada en la interactividad y la socialización. Sitios web de gran tirón, como YouTube o Google Video, contienen filmaciones en las que los candidatos a un puesto de trabajo venden sus virtudes.
Lacalledecordoba.com preguntó a Pedro Montero, director de Fundecor por este tipo de curriculums: “El expediente académico es importante, pero no decisivo, por tanto la capacidad de comunicación, de liderazgo, o de trabajo en equipo estarían ganando puntos en estos procesos de selección”. Montero cree que dado el tipo de trabajo actual se hace necesario mostrar otro tipo de dotes. Todo depende de lo que vaya buscando el contratante, pero reconoce que el 80 por ciento de los trabajos que se desarrollan en la actualidad tienen un carácter comercial y, por lo tanto, se tienen en cuenta otros valores. En este sentido, cobrarían fuerza las nuevas tecnologías, y no sólo su dominio o conocimiento, sino también su capacidad de convertirse en un instrumento útil para encontrar empleo. Los videocurrículums, por ejemplo, puestos en marcha de manera pionera desde Fundecor, permitirían a los empresarios, entre otras cosas, hacerse una idea de las capacidades comunicativas del aspirante, que se completarían con los datos que conforman su trayectoria.
Pero no todos lanzan parabienes a este tipo de curriculums. El Abuelo Cascarrabias afirma desde su blog abusemagazine: “Resulta que ahora lo que está de rabiosa actualidad es que los jóvenes españoles vayan a una empresa que sólo les cobra noventa euros por grabarles en vídeo hablando de sus grandísimas cualidades como trabajadores, lo bien que hablan el inglés, el alemán, el francés, el griego, el birmano, diciéndole a la cámara lo que esperan de la vida, cómo se desenvuelven trabajando en equipo, la de ganas que tienen de entrar a formar parte de una gran empresa como la suya de ustedes. De ellos.”. Y el Abuelo Cascarrabias sigue expresando sus quejas con ironía: “Y yo mientras con mi curriculum en infojobs. Hay que joderse. Cuando lo inteligente, lo que hace el resto de los mortales es grabarse en casa, o con la webcam, y hacerles ver a los de las empresas que si les contratan, están desaprovechando al hombre del siglo”.
Se me antoja que esto del Curriculum 2.0 no siempre es una buena idea si no hay una realización técnica adecuada, ideas frescas que mostrar o cierto nivel de desenvoltura ante la cámara. Posiblemente esta sea una buena forma de contacto para periodistas, publicitarios, actores, comerciales... profesionales, en general, dedicados al contacto con el público, pero no tanto o según las circunstancias para ingenieros, arquitectos, químicos, etc. Como todo en la vida hace falta un poco de sentido común para saber si conviene lanzarse al ruedo, no vaya a ser que lo que creíamos un paso adelante acabe en la papelera virtual.
Los amantes de etiquetarlo todo lo llaman Currículum 2.0, en honor de la nueva era de Internet basada en la interactividad y la socialización. Sitios web de gran tirón, como YouTube o Google Video, contienen filmaciones en las que los candidatos a un puesto de trabajo venden sus virtudes.
Lacalledecordoba.com preguntó a Pedro Montero, director de Fundecor por este tipo de curriculums: “El expediente académico es importante, pero no decisivo, por tanto la capacidad de comunicación, de liderazgo, o de trabajo en equipo estarían ganando puntos en estos procesos de selección”. Montero cree que dado el tipo de trabajo actual se hace necesario mostrar otro tipo de dotes. Todo depende de lo que vaya buscando el contratante, pero reconoce que el 80 por ciento de los trabajos que se desarrollan en la actualidad tienen un carácter comercial y, por lo tanto, se tienen en cuenta otros valores. En este sentido, cobrarían fuerza las nuevas tecnologías, y no sólo su dominio o conocimiento, sino también su capacidad de convertirse en un instrumento útil para encontrar empleo. Los videocurrículums, por ejemplo, puestos en marcha de manera pionera desde Fundecor, permitirían a los empresarios, entre otras cosas, hacerse una idea de las capacidades comunicativas del aspirante, que se completarían con los datos que conforman su trayectoria.
Pero no todos lanzan parabienes a este tipo de curriculums. El Abuelo Cascarrabias afirma desde su blog abusemagazine: “Resulta que ahora lo que está de rabiosa actualidad es que los jóvenes españoles vayan a una empresa que sólo les cobra noventa euros por grabarles en vídeo hablando de sus grandísimas cualidades como trabajadores, lo bien que hablan el inglés, el alemán, el francés, el griego, el birmano, diciéndole a la cámara lo que esperan de la vida, cómo se desenvuelven trabajando en equipo, la de ganas que tienen de entrar a formar parte de una gran empresa como la suya de ustedes. De ellos.”. Y el Abuelo Cascarrabias sigue expresando sus quejas con ironía: “Y yo mientras con mi curriculum en infojobs. Hay que joderse. Cuando lo inteligente, lo que hace el resto de los mortales es grabarse en casa, o con la webcam, y hacerles ver a los de las empresas que si les contratan, están desaprovechando al hombre del siglo”.
Se me antoja que esto del Curriculum 2.0 no siempre es una buena idea si no hay una realización técnica adecuada, ideas frescas que mostrar o cierto nivel de desenvoltura ante la cámara. Posiblemente esta sea una buena forma de contacto para periodistas, publicitarios, actores, comerciales... profesionales, en general, dedicados al contacto con el público, pero no tanto o según las circunstancias para ingenieros, arquitectos, químicos, etc. Como todo en la vida hace falta un poco de sentido común para saber si conviene lanzarse al ruedo, no vaya a ser que lo que creíamos un paso adelante acabe en la papelera virtual.
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