Cuando a alguien le preguntan el nombre de un gran publicista, generalmente el primer nombre que se viene a la cabeza es Luis Bassat. Toda una vida dedicada a la publicidad le ha valido la candidatura al Premio Príncipe de Asturias.
Con motivo de esta candidatura, Cinco Días le ha realizado una entrevista en la que Bassat habla sobre el pasado, el presente y el futuro de la publicidad en España. Para él, la simple nominación le resulta ya "un premio maravilloso", y es un digno reconocimiento para un publicista que, después de 40 años dedicados a la publicidad, ha decidido que es momento de "dejar hacer".
Una de las cosas de las que se siente más afortunado el hoy miembro vitalicio del consejo mundial y "director de inspiración creativa" de Ogilvy, es de poder haberse hecho cargo de las ceremonias olímpicas de Barcelona 92. Fueron concebidas como verdaderos spots publicitarios, "el spot más largo de la historia", comenta Bassat.
Gracias a esta ceremonia, la marca España experimentó un impulso sin precedentes. Sobre la marca España, Bassat considera que es "magnífica en este momento, como magníficas son también la marca Madrid o la marca Barcelona", pero acepta que hay que seguir trabajando, ya que "las marcas se construyen a lo largo de los años".
Reconoce también que la marca España es buena porque está basada en un "buen producto", pero habría que aprovecharla más para vender más cosas. Ha llegado el momento de arriesgar. Algo que ha aprendido Luis Bassat a lo largo de estas cuatro décadas es que la publicidad tiene que estar innovando continuamente, y "no sólo por los nuevos medios, sino por la nueva situación social". Situación social donde el consumidor es "mucho más listo, mejor preparado, más maduro".
La publicidad española fue "la tercera mejor del mundo" hasta principios de los 90, pero luego sufrió una gran crisis de la que "se está recuperando". Ahora ha llegado el momento de arriesgar, ya que "en publicidad, el mayor riesgo de todos es no arriesgar". La publicidad ya no sólo tiene que vender, ahora también ha de "excitar, despertar a la gente sentada en su sofá, motivarla a pedir más información, hacerla pensar, lanzarle un reto", explica.
Sobre la saturación publicitaria en televisión, Bassat cree que "algunas televisiones están matando su gallina de los huevos de oro a base de poner más y más publicidad". Pero esta situación está a punto de cambiar gracias a las nuevas tecnologías. Los consumidores podrán elegir si ver publicidad o no, "y para sorpresa de muchos, la gente optará por seguir viendo algo de publicidad", asegura. Y ya no sólo lo hará a través de la televisión, sino a través de otras dos pantallas: el móvil y el ordenador, a pesar de que en España se entró "un poco tarde" en el negocio de la publicidad online.
El futuro lo ve en los mercados emergentes, como Singapur, Tailandia, Argentina, México y Brasil. "Es espectacular lo que se está viendo en estos países". También ve en los jóvenes un gran potencial, ya que estos "jóvenes tienen un orden de valores diferentes" por los que se rige y se regirá la sociedad, sociedad que evoluciona y que la publicidad se limita a "poner de manifiesto".
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